¡Oposita! Así me dijeron y a ello me lancé. Proceso cruel, agotador, desalentador, que te deshumaniza, humilla, deprime y avinagra el alma. Afuera el calor abrasa las calles, en la sala 24H de la biblioteca se está fresquito. Pero, afuera están de fiesta y aquí dentro es un infierno. Un infierno de gente estresada, deprimida, aburrida…
Yo mismo no sé ni a lo que juego. Mi objetivo en enero era aumentar los 24 temas que llevaba de la última oposición, en marzo el objetivo bajo a mantener esos temas; en mayo, no bajar de 12. Ahora mismo, no sé si llegaré a 6 con capacidad de defenderlos dignamente. 72 temas, 5 bolas, 6 estudiados, 36,13% de probabilidad… mecagoensandios.
Me parece que me voy afuera a ver si el sol me acaba de recalentar el cerebro, me peta y doy un paso al frente mandando todo a tomar por saco en un último acto de coherencia, que no de heroísmo.
P.S. Este año me inscribí en dos convocatorias en lugares diferentes. El domingo pasado tuve el primer examen: 72 temas, 4 bolas, 6 estudiados, 29,94% de probabilidad… me salieron 2 temas: 19 y 66. Hice el 66. El día 30, la nota. Me vuelvo adentro. Seguimos.